domingo, 27 de marzo de 2011

en sus manos

16/07/2010

Ayer me ocurrió algo. Cuando terminó el taller sobre educación sexual, a la tarde y después de una comida deli a cuenta de la Casa de Cultura, me senté en un banco de madera del patio del centro a mirar un poco a mi alrededor. Horas antes, durante el desarrollo del taller, había conocido a los radialistas adolescentes de 'La Cometa'. El colectivo 'sinfrecuencia' estaba compuesto por jóvenes de entre los 14 a los 17 años. Apasionados de los movimientos sociales. Edwar y Leslie son dos de los integrantes más 'pilas' del grupo. Pilas significa 'avispados', 'dicharacheros', 'despiertos'. Se me acercaron con una sonrisa de oreja a oreja, con curiosidad y con una grabadora del siglo pasado que les dejan para sus labores periodísticas. Querían saber cómo eran los jóvenes de mi tierra, de qué se preocupaban o en qué gastaban su tiempo libre. A la conversación se unieron dos perplejas ancianitas 'monadina' que andaban por ahí. Arrugadas y menudas, esperaban a que dieran las 18.00 de la tarde, hora establecida para sus clases de alfabetización. Hace un año que aprendieron a leer, escribir, sumar y restar. Y ahí estaban, mermadas por el tiempo pero con ganas de aprender. Parecían niñas en su primer día de escuela. Me enseñaron con un orgullo inimaginable su libreto de ejercicios. Era un cuadernillo de primero de primaria, lleno de garabatos, correcciones y buenas notas. El machismo ancestral de su región las obligó a esperar. Hasta que no enviudaron no pudieron aprender. Ahora sí, está todo en sus manos. Toda mi admiración para ellas.

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